Se creó con la intención de generar una “gran base de datos de hipertexto con enlaces mecanografiados“, para así, sincronizar y compartir información entre los computadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, su sigla en inglés). Sin embargo, este hecho dio pie al desarrollo de lo que hoy conocemos como World Wide Web, la red que permitió la existencia de los sitios web.

El 12 de marzo de 1989, el ingeniero en software Tim Berners-Lee, creó las bases en un documento llamado “Gestión de información: una propuesta”. Allí proponía establecer un sistema que permitiera interconectar a los usuarios del CERN, que opera en Suiza. Esa iniciativa se convertiría en diciembre de 1990 en el primer navegador, sitio web y servidor, que comenzó a funcionar, cuando se definieron los conceptos básicos de lo que sería la HTML (Lenguaje de Marcas de Hipertexto);  el HTTP (Protocolo de transferencia de hipertexto) y el URL (Localizador Uniforme de Recursos).

Hasta el momento, no se podía entrar a navegar por páginas, solo se podían revisar archivos y enviar correos por medio de una red interna. Casi dos años después, en 1991, esto dio paso para conectar el primer servidor web externo.

 

La revolución de las computadoras personales cumple 20 años, pues un 6 de mayo de 1998 Steve Jobs reveló al mundo la iMac: un PC colorado y todo-en-uno, destinado a cambiar el aspecto de los escritorios y relanzar a Apple.

La diferencia con las computadoras presentes en el mercado en ese momento fue evidente al primer vistazo. La iMac abandonaba el clásico color beige para apuntar a un plástico azul traslúcido, que deja ver el interior de la máquina.

Y también el diseño era diferente: el PC de la casa de la Manzana, de formas redondeadas, recordaba a algunas TV de tubo catódico de los años ’60.

 

Minutos después de las 6 de la mañana, el Vostok despegó desde el cosmódromo Baikonur. Los últimos ensayos previos al lanzamiento tardaron más de dos horas en ajustarse, sin embargo, aquel 12 de abril de 1961 el cohete soviético estaba listo para hacer historia. Esta vez no acarreaba satélites ni perros, sino un ser humano.

-“¡Poyekhali!” (vamos) -dijo Yuri Gagarin en ruso mientras el cohete se desprendía del suelo dejando una nube de vapor, aventurándolo a la misión que lo convertiría en el primer cosmonauta de la historia en llegar al espacio.

Como todos los programas espaciales de la Unión Soviética (URSS), la misión Vostok-1 se llevó a cabo en absoluto secreto, sin embargo, una vez que el joven de 27 años alcanzó la órbita terrestre, las noticias de su hazaña volaron tan rápido como su cohete, deslumbrando al mundo a tan sólo cuatro años del lanzamiento del satélite Sputnik, el primero de su tipo.