A pesar de los problemas de privacidad, las quejas acerca de los últimos cambios en el juego y las fatwas de algunos imanes, la moda de los Pokemon "enganchados" al teléfono celular no muestra signos de disminuir y ya suma más de 100 millones de descargas en el mundo. 

Tampoco la "fiebre" por los "monstruos" disminuye entre los atletas olímpicos en Río de Janeiro, a pesar de que el juego oficialmente no ha debutado aún en América del Sur. 

Para cuantificar el suceso de Pokemon Go, la sociedad de análisis App Annie ha calculado que la aplicación ha sido descargada en el mundo cien millones de veces, apenas un mes después de su lanzamiento. 

Incluso esa cifra ha sido superada durante el fin de semana, aseguró App Annie. 

Niantic, desarrollador de la aplicación, consigue ingresos diarios por diez millones de dólares. 

Esta mañana, Nintendo anunció que a 30 años de su debut y justo en medio del fenómeno Pokémon, la mítica consola Nintendo de los 80 será nuevamente lanzada, pero esta vez con tecnología de 2016.

 

La consola, bautizada como Nintendo Classic Mini: Nintendo Entertainment System, incluirá cable HDMI, adaptador de corriente, conexiones USB para los mandos y un mando Nintendo Classic Mini que sigue el modelo del icónico diseño original. Éste podrá ser adquirido por separado a un precio de 9,99 dólares, aunque el control Pro de Wii también será compatible, y también podrá ser utilizado por los juegos de NES para la consola virtual de Wii U y Wii. 

Alguien recuerda realmente los números de teléfonos de sus amigos o incluso familiares? No hace tanto tiempo al usuario no le quedaba otra que memorizar los números de teléfono habituales o, en el peor de los casos, anotarlos en la agenda. Con la llegada de los smartphones, todo este proceso ha cambiado y ahora es el móvil quien hace el trabajo sucio de memorizar el número, mientras el usuario únicamente tiene que buscar el contacto para llamar. Así las cosas ¿tiene realmente sentido que sigamos manteniendo los números de teléfono? Esta secuencia de cifras podría tener los días contados en un futuro no muy lejano, y su sustituto sería directamente el nombre de la persona.

Decidir si un vehículo autónomo, sin chofer, debe estar programado para sacrificar a sus ocupantes o salvar la vida de peatones o proteger a sus pasajeros a cualquier precio, es un dilema difícil que podría retrasar la llegada de esos vehículos, revela un estudio difundido este jueves. 

Desde hace varios años se realizan pruebas de ese tipo de automóviles, en particular de un modelo de Google, pero no están exentas de complejos dilemas morales. Según los responsables de estas pruebas, la adopción generalizada de esos vehículos podría eliminar hasta un 90% de los accidentes de circulación debidos a errores humanos. 

"Encontrar la manera de construir máquinas éticamente autónomas es uno de los retos más espinosos en materia de inteligencia artificial hoy", indica la investigación expuesta y comentada en la revista estadounidense Science.